Martín Vicente tiene 50 años y todavía busca a su mamá en Olavarría. Vive en Lanús, pero los datos que tiene indican que podría haber nacido en Olavarría o Mar del Plata en 1971. No sabe ni la fecha ni el lugar exacto, pero se acuerda de un detalle: un lunar enorme en la espalda, del lado derecho. Después de toda una vida sin certezas, hace 27 años nació su hijo, el único familiar con sangre segura, que lo impulsó a querer saber su verdad de una vez por todas.
Martín lucha por una ley que garantice el acceso gratuito a pruebas de ADN para los millones de argentinos que, fuera de la época de la dictadura, también fueron apropiados o perdieron sus orígenes. Eso ayudaría no solo a conocer quiénes son, sino a recibir la contención psicológica que hace falta en este proceso tan duro.
Su familia adoptiva selló un pacto de silencio, y con la muerte de sus padres de crianza, la posibilidad de acercarse a la verdad parece cada vez más lejana.
Si sabés algo, si tenés un dato, no lo dudes: ayudalo a Martín a encontrar la paz que se merece.
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