
Desfibriladores en Olavarría: espacios vacíos y preguntas sin respuesta
Desde hace un tiempo, la ausencia de los Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) en varios puntos de Olavarría ha generado preocupación entre los ciudadanos, sin que hasta el momento se haya recibido una respuesta clara por parte del gobierno municipal ni de las autoridades de salud. Sin embargo, lo que sí se sabe es que algunos de esos espacios destinados a los DEA ahora tienen otros usos, como se evidencia en una imagen enviada por un lector, donde se observa un espacio utilizado como un santuario, con el mensaje: «Se utiliza como santuario y para pedirle a nuestro señor que nos proteja y nos salve si tenemos un paro cardíaco». Una frase que mezcla ironía y dolor.
El contexto de esta situación remonta al año 2018, cuando Olavarría se sumó al programa de Ciudad Cardioprotegida, que busca la instalación de desfibriladores en espacios públicos clave para poder asistir a personas que sufran paros cardiorespiratorios. Esta medida estaba en línea con la Ley Nacional 27159 y la Ley Provincial 14794, y fue implementada a nivel local a través de la Ordenanza Municipal N° 4345/18, impulsada por el ejecutivo municipal en conjunto con la Facultad de Ciencias de la Salud.
Los DEA habían sido instalados en varios puntos estratégicos de la ciudad, como el Aeródromo, la Facultad de Ciencias de la Salud, la Terminal de Ómnibus, el Palacio San Martín y varios colegios, entre otros. También se encontraban en localidades cercanas como Espigas, Loma Negra, Sierra Chica y Colonia San Miguel. Sin embargo, hoy muchos de esos dispositivos ya no están, y la comunidad se pregunta qué sucedió con ellos, mientras los espacios vacíos generan incertidumbre.
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