Mientras los salarios siguen perdiendo frente a la inflación, el Gobierno oficializó un nuevo tarifazo en los servicios básicos. Desde mayo, las boletas de luz y gas llegarán con un aumento del 2,5%, pero eso no es todo: se estableció un esquema de subas mensuales que se mantendrá durante ¡cinco años! y que se ajustará según el índice de precios.
El nuevo esquema impacta de lleno en los sectores populares, que ya vienen golpeados por los tarifazos anteriores, la quita de subsidios y el brutal aumento del costo de vida. Con esta medida, se profundiza un modelo donde el acceso a los servicios esenciales queda atado a la lógica del mercado.
Lejos de hablar de eficiencia o inversiones, lo que hay es una transferencia de recursos desde los hogares hacia las empresas proveedoras. Este ajuste no sólo afecta a quienes menos tienen, sino también a miles de trabajadores y jubilados que ven cómo sus ingresos se licúan mes a mes.