La perra estaba a punto de cruzar la calle cuando el camión se acercaba. El padre de la dueña le gritó al chofer que frenara, pero en lugar de detenerse, el vehículo la golpeó, frenó y luego aceleró, pasándola por encima. A pesar de los ruegos del padre, el conductor no se detuvo, simplemente se rió y le dijo que estaba trabajando.
La dueña de la perra se comunicó con la empresa Malvinas para expresar su indignación, pero el supervisor nunca respondió a sus llamadas. La empresa supuestamente justificó el incidente diciendo que el chofer no pudo frenar a tiempo y que la perra no debería estar en la calle. Sin embargo, la mascota era un perro rescatado que nunca se adaptó a vivir dentro de una casa.
A pesar de la falta de cooperación de la empresa, la dueña de la perra aseguró que tomará medidas legales y hará pública la situación en las redes sociales. Exige que la empresa se responsabilice por las acciones de su empleado y espera que se haga justicia para su querida mascota.
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